c. Día a día.

La sociedad de los castros es una sociedad campesina. Es decir, se basa en la agricultura y la ganadería. Sin embargo la posición estratégica del Trega, controlando el acceso al Miño, una de las vías de comunicación más importantes en los primeros tiempos de la conquista, hizo que el comercio tuviese un peso especial. El castro debió funcionar como un punto de llegada de productos procedentes de diversos puntos del Imperio Romano, que después serían redistribuidos a otros poblados del interior y del valle del Rosal. La importancia de esta labor comercial se observa en las excavaciones por la abundancia de hallazgos de productos de importación.

Los objetos que mejor nos hablan de este comercio son las ánforas. Grandes vasijas de barro de fabricación romana pensadas para trasportar alimentos: especialmente vino, aceite, salsas y salazones. En el caso del Trega, y de la mayor parte de los castros del nororeste, el producto estrella fue sin duda el vino y sus derivados como el defructum, una especie de mosto producido en la provincia Bética, que se transportaba en las haltern 70, el ánfora que aparece con mayor abundancia en las excavaciones.

Fruto de este comercio son también los productos de lujo como la cerámica, las joyas o algún objeto excepcional como los vasos millefiori, de los que se localizaron 2 ejemplares, uno de ellos en un excepcional estado de conservación, procedentes de talleres del mediterráneo oriental.

Sin embargo en las excavaciones aparecen vestigios de otras actividades complementarias que debieron tener también un peso importante en la vida del poblado como la pesca o el marisqueo. Los concheros escavados en el castro son los que nos aportan más información sobre este tema. En ellos se han encontrado restos de anzuelos de pesca, pero sobre todo fragmentos de conchas de moluscos como lapas, mejillones o percebes y algunas espinas de peces de roca o pescados en las proximidades de la costa como lubinas, chaparellas, maragotas, lirios, fanecas… que nos aportan datos interesantes sobre la dieta alimenticia de la época.

En estos concheros también se han encontrado fragmentos de huesos de animales domésticos, principalmente bóvidos, cabras u ovejas. Esto nos habla de la existencia de una actividad ganadera importante. Un detalle interesante es que los huesos de bóvidos encontrados en los concheros pertenecen a ejemplares adultos y presentan desgastes característicos de haber sido usados como fuerza de tiro.