d. Artesanos del hierro.

Han sido pocos y muy limitados los estudios realizados hasta el momento sobre la cerámica de Castro Ventosa. Sin embargo todos los trabajos coinciden en señalar que los tipos cerámicos más numerosos datan de época bajo romana, entre los siglos III y IV d. C.

Sin embargo también se han identificado producciones cerámicas de otros momentos. El ejemplo más claro es un conjunto de cerámicas de pastas negras y bruñidas, identificadas por Tomás Mañanes en las intervenciones de los años 80, que se corresponden con un momento prerromano adscribible a la Edad del Bronce o más probablemente a la primera Edad del Hierro. Se trata de vasijas hechas a mano, sin el uso de torno y que se vinculan con una fabricación y usos domésticos.

Respecto al grupo de cerámica bajo romana hay que diferenciar dos producciones principales: la cerámica común romana y la Terra Sigillata tardía. La primera se refiere a vasijas de uso cotidiano, para cocina, almacenaje… que presentan un aspecto por lo general poco cuidado y escasa decoración. La Terra Sigillata es, sin embargo, cerámica de lujo, fruto de una producción prácticamente industrial, estandarizada y realizada en talleres de producción conocida, que distribuyen a muy larga distancia.

Una de las piezas más interesantes de este conjunto es una especie de plato con un orificio en el centro y restos de fuego que se identifica como palmatoria o base para colocar una vela. En este conjunto se han identificado alrededor de 16 formas diferentes que se corresponden fundamentalmente con platos y cuencos, muchos de ellos decorados.

Otras producciones como la cerámica de paredes finas, cerámica de transporte tienen una representación de fragmentos mucho más escasa. Sin embargo llama la atención la presencia de fragmentos de vidrio romano y escorias del mismo material que parece apuntar a la existencia de un taller de fabricación de vidrio en el castro.

En general lo que indica la presencia de estos tipos cerámicos es la plena integración del asentamiento en los circuitos económicos y las modas del imperio. La fabricación de cacharros cerámicos estaría destinada a un consumo interno y doméstico dentro del poblado y no habría que destacar la existencia de un centro productor de vidrio que elaborase productos para ser distribuidos en el territorio berciano.